San benito

  Juan Pascual de Mena. (Villaseca de la Sagra -Toledo-, 1707 - Madrid, 1784).
Madera policromada.
La imagen, considerada una de las mejores de su autor, viste el hábito negro benedictino, que cae en pliegues de gran rotundidad, contrastando con la agitación mostrada en la barba. Lleva en su mano izquierda el libro que lo identifica como fundador, y báculo de abad en la derecha.

EL RETABLO
Por su condición de iglesia filial del monasterio benedictino de San Martín, la nave arranca flanqueada por las imágenes de san Benito y de su hermana, santa Escolástica. Sobre ellas, las cruces de los maestres de Alcántara (verde) y Calatrava (roja), órdenes militares que tenían como regla espiritual la benedictina cisterciense. La cruz de los maestres de Calatrava vuelve a repetirse en el antipendio del altar.
La imagen ocupa la única casilla de un altar-retablo también del XVIII, de madera imitando mármoles, formado por dos columnas de orden compuesto entre las que se abre una hornacina cubierta con bóveda de horno. Sobre las columnas apoya un frontón partido y desventrado, a los lados de cuya cornisa dos ángeles flanquean un ático en forma de medallón elíptico, con un lienzo de Luis González Velázquez (Madrid, 1715-1764). Representa la escena de la visión de la Trinidad por san Benito.
A los lados del retablo, esculturas de san Roque y santa Lucía, anónimas del siglo XVIII.


HAGIOGRAFÍAS
San Benito nació en el año 480 en Nursia (Italia), hermano gemelo de santa Escolástica. A los 20 años fue enviado a Roma para cursar estudios liberales, pero pronto los abandonó para retirarse como ermitaño a una gruta en Subiaco. Su fama de santidad atrajo a mutitud de personas, a quienes organizó en comunidades monásticas. Según la leyenda, las presiones del presbítero Florencio hicieron que Benito abandonase el lugar con los monjes más jóvenes para fundar en Montecasino, sobre las ruinas de un templo dedicado a Apolo, un nuevo monasterio. Allí, entre 530 y 560, redactó su "Regla", un código legislativo y espiritual que, aunque escrito inicialmente para los monjes de Montecasino, se convirtió en el fundamento del monacato occidental. Murió el 21 de marzo de 547.
Su fiesta se celebra el 11 de julio.

San Roque, santo taumaturgo del siglo XIV, muestra sus emblemas: su pierna llagada, el bastón de peregrino y la compañía del perro con un pan en la boca. Hoy se le invoca para sanar de muchas enfermedades; en la antigüedad se le tuvo como protector contra la peste y el cólera.
Su fiesta se celebra el 16 de agosto.

Santa Lucía fue una jovencísima cristiana martirizada en torno al año 300. Lleva en su mano izquierda de modo emblemático una bandeja con sus ojos: los que le fueron arrancados en su martirio. Se le reza para curar o verse libre de los males de la vista.
Su fiesta se celebra el 13 d diciembre.

Foto: Parroquia de San Marcos.